En los últimos años la juventud ha sido tildada de mil y un maneras, nos han llamado desde vagos hasta genios, nos han criticado por tener demasiado tiempo y por no tener tiempo. Parece que constantemente quisieran obligarnos a encajar en un molde, en un perfecto y estructurado molde.

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Benditos y afortunados los jóvenes que nacieron en hogares en dónde la música es tratada como un arte y no como un simple hobbie sin orgullo ni beneficio. Bendito y afortunado es el joven al que se le respetó y apostó por el talento. Porque esto de ser músico es una lucha constante por tener una voz propia y hacernos escuchar.

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Éste es un medio digital donde confiamos en esos jóvenes con verdadero talento que no se rinden aunque las adversidades sean demasiadas. Éste es un sitio donde la voz de muchos alcanzará quizá no a miles, pero sí a quienes queremos oírlos.

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Porque su voz nos importa, nos gusta y nos representa.